Del libro "Paisajes de Matahuasi" Tomo II
de la obra dedicada a la "Villa de los Nísperos"
Introducción
Este es el segundo libro dedicado al pueblo de Matahuasi, viene a ser
un complemento del anterior titulado “Matahuasi: Historia y la danza de los
Auquines”, la acogida que tuvo éste, particularmente en los círculos de estudio
de historia y antropología, nos animó a escribir un nuevo volumen, es decir el
segundo tomo, con el título de “Paisajes de Matahuasi”. Pensamos que con este
nombre el lector puede hacer un recorrido por todos los sitios que conforman
esta parte del Valle a través de la visualización de pintorescos paisajes y
otras escenas, que se insertan en sus páginas. Presentamos en el primer
capítulo un conjunto de un centenar y medio de fotografías de los parajes y
barrios por donde anduvimos de niño, los cuales aún conservan su belleza y
encanto, pero no están todos los que quisiéramos exhibir, como se comprenderá, porque
la tarea es ardua; sin embargo, los que se presentan fácilmente nos dan una
idea general de la hermosura, no sólo de Matahuasi, la “Villa de los nísperos”,
sino de todo el valle del Mantaro, porque todos los pueblos del Jatunmayo son
igualmente bellos.
Presentamos también una
serie de fotografías de grupos formados por matahuasinos, ya en el mismo
terruño o fuera de él, en distintas actividades, las cuales hemos preferido que
sean las más antiguas de las que se ha podido conseguir, y todas con una
leyenda explicativa que encuadra a la escena en su contexto histórico.
Prácticamente todas corresponden al siglo pasado y pueden clasificarse a grosso
modo en fotografías familiares, sociales, religiosas, educativas, deportivas y
de los Auquines; las deportivas cobran mayor importancia, a criterio nuestro,
porque en este rubro Matahuasi ha tenido épocas y estrellas que han brillado en
el firmamento del departamento de Junín y vecinos del centro del país. Las
glorias de los últimos años del siglo XX y hasta el presente serán motivo de una
siguiente publicación.
En seguida, en el segundo
capítulo, se presenta una serie de artículos publicados en varios medios de
comunicación, relacionados directa o indirectamente con Matahuasi, o sea que están
seleccionados sólo los que en alguna forma tienen que ver con nuestro pueblo.
El tercer capítulo trata de un intercambio epistolar, dividido en tres
subcapítulos, el primero se refiere a una correspondencia general, a título
personal, el segundo tiene que ver con misivas intercambiadas como dirigente de
la Comisión del Centenario de la creación política del distrito que abarca
hasta 1998, y el tercero nos concierne como dirigente de la Asociación Cultural
Matahuasi, hasta hace poco tiempo atrás.
El cuarto capítulo está dividido en dos
subcapítulos, en el primero consignamos algunos poemas y canciones dedicados a
Matahuasi, aunque los autores no sean naturales de la localidad, y en el
segundo, con el nombre de Viajeros que han pasado por Matahuasi, nos referimos
a unos ciudadanos que, sin ser matahuasinos, han tenido alguna actividad que
los ha relacionado y hecho permanecer en Matahuasi por algún tiempo,
seguramente hay otros más, pero por ahora nos quedamos con ellos; y,
finalmente, en el quinto capítulo agregamos a la relación que dimos en el libro
anterior como “Personajes en la historia de Matahuasi”, otro grupo que abre el
espectro de ciudadanos notables que en diferente forma han contribuido con el
progreso y prestigio del pueblo.
Matahuasi a lo largo de los
120 años que tiene como distrito ha tenido épocas sobresalientes y hechos
importantes hasta, tal vez, en algunos aspectos pudo haber estado a la
vanguardia de otros pueblos, de lo que ahora no podríamos afirmar que así sea.
Por ejemplo recordando al Dr. Amador Meza Adarmes, un destacado médico que
trabajó entre Jauja y Huancayo y vivió en su tierra, y como buen deportista
compartió con grandes y chicos y tuvo conocimiento de las costumbres y
tradiciones del pueblo y, por lo tanto, estuvo bien enterado de cuántas
ocurrencias. Con él conversamos para hacer la revista que dedicamos al
Centenario de Matahuasi y, entre otras cosas, nos dijo:
En las primeras décadas del
siglo XX en lo que más destacaba Matahuasi era en lo social, por esos años
todos eran nacidos allí y parientes “por angas o por mangas”. El respeto, la
obediencia y la amistad eran las características fundamentales. Si un menor no
saludaba o no le daba la vereda a una persona mayor, éste recriminaba
seriamente al menor y a su padre, por no enseñar las buenas costumbres,
entonces el menor recibía doble sanción de aquella persona mayor y de su padre,
y esta conducta ejemplar se debía a la educación que se impartía por entonces.
En otro aspecto, la
comunicación con Lima y otros lugares importantes, como Satipo, La Oroya, etc.,
se hacía por medio del arrieraje, por eso habían muy buenos criadores de
caballos y mulos, como Justo Cáceres un hombre que medía más de dos metros,
Félix Maldonado, Manuel Oré y Pablo Escobar, entre otros, quienes eran dueños
de muy buenas piaras, lo que ahora sería tener una flota de camiones para el
transporte de carga; estos hombres fueron en realidad los pioneros de la
colonización de Satipo.
En la agricultura y
ganadería también Matahuasi siempre ha estado a la vanguardia en toda la región
central, decía Amador Meza que el primer tractor que llegó al valle del Mantaro
fue a Matahuasi, adquirido por don Julio Aguirre, al respecto hay un
interesante pasaje: por los años 40 cuando un acollino, don Agustín Ortiz
Navarro, uno de los principales productores del valle de Yanamarca, necesitó un
tractor que en Acolla nadie tenía, pensó entonces que podría haber en Jauja,
pero tampoco; en cambio, sí había en Matahuasi, entonces don Agustín alquiló el
tractor de Aguirre, con lo cual sorprendió a sus paisanos, tecnificando el agro
y mejorando su producción. Asimismo, el primer carro que llegó al Valle fue a
la “Villa de los nísperos”, el camión de Tiburcio Zúñiga, la primera fragua fue
puesta en uso por los años 20 por el italiano Eugenio Callegari que se casó con
una matahuasina, y el primer grifo entre Jauja y Huancayo fue instalado en
Matahuasi por Genovevo Pérez Yupanqui.
Frente a estos
acontecimientos prodigiosos hay hechos negativos que el Dr. Meza recordaba con
amargura, diciendo que a la mayoría de las autoridades nunca les interesó
Matahuasi, pero sí todos vivieron sirviéndose del pueblo; de lo contrario,
cuántas cosas se hubieran hecho y no se habrían destruido portentosas obras
como la monumental iglesia colonial, el cabildo, la casa conventual, la plaza
menor que era la plazuela, el empedrado de la calle Real, la torre de la legua,
el molino hidráulico de la Comunidad, el local del Club de Tiro, la estación
del ferrocarril, el Tambo de Maravilca, el Qhapaq Ñan o Camino de los Incas,
etc.
Todos los pueblos, por
pequeños que sean, tienen su historia, tienen tantas bondades que ofrecer a sus
hijos y al visitante, pero si no hay testimonio escrito de su pasado, se pierde
en el olvido. Esta es la razón por la cual hacemos el esfuerzo para dejar a las
generaciones presentes y venideras el mensaje del pueblo de Matahuasi, de su
aporte a la historia nacional, a través
de sus paisajes y fotografías de diferentes escenas que hablan por sí solas de
un legado inmenso y rico de nuestros antepasados, como complemento, repetimos,
del libro anterior que habla de su historia propiamente y de la danza de los
Auquines.
EL AUTOR
Interesante, soy hija del Dr. Amador Meza Adarmes mi nombre es Miriam Meza Marotta, vivo en Lima. Saludos. Mi correo es miriammezama@gmail.com.
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