sábado, 10 de diciembre de 2016

La Batalla de Ayacucho

LA BATALLA DE AYACUCHO

La gesta de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824 sucede a la victoria de Junín del 6 de agosto del mismo año. El 7 de aquel mes de diciembre, tanto el ejército realista como el patriota se preparan para la batalla, tratando de ubicarse mejor en el terreno. Los realistas se posesionan en las faldas del cerro Condorcunca y los patriotas en la Pampa de la Quinua.

A las 9 de la mañana del 9 de diciembre se inicia la Batalla; a la una de la tarde, cuando el virreyLa Serna cae prisionero y herido, Canterac toma el mando del ejército realista y convoca a consejo de guerra, comprobándose que la batalla estaba siendo ganada por los patriotas y que había desbande en las filas realistas. El Consejo de Guerra decide el repliegue del ejército realista, pero las tropas ya no tienen fuerzas ni obedecen a sus jefes, produciéndose rendiciones y huidas. Es que el golpe ya se había dado en Junín. El Mariscal don José de La Mar insta a la rendición de los realistas. Ante la situación calamitosa y ya sin tropas, el general Canterac acepta la rendición, y llega la capitulación.

Hay que destacar que junto a las fuerzas regulares del ejército patriota, sobresale la participación de los MONTONEROS DE CARREÑO, quienes cortan el avance de las tropas de Valdés, cuando las tropas La Mar están en peligro.  

Aquí se inmortalizan las palabras del general Antonio José de Sucre, cuando dice: “¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia”, y al final de la batalla, se firma la llamada Capitulación de Ayacucho.

Bolívar, que se encuentra en Lima, no puede contener su alegría y ordena que sirvan champán para los que están presentes. El retrato del Libertador Bolívar es paseado en procesión por toda la ciudad. El Congreso del Perú reunido en sesión extraordinaria le concede al gran héroe de la jornada, general Antonio José de Sucre, el título de Mariscal de Ayacucho y Benemérito del Perú en Grado Eminente.

En la Pampa de la Quinua se sella la Independencia del Perú y de toda América. En Ayacucho derraman su sangre peruanos, venezolanos, colombianos, ecuatorianos, bolivianos, chilenos, argentinos, mexicanos y hasta españoles que creen en la causa de la Independencia Americana.

Sin embargo, el día feriado es el 8 de diciembre. Saque sus conclusiones.


Lima, 9 de diciembre del 2016.

sábado, 8 de octubre de 2016

Paisajes de Matahuasi

Del libro "Paisajes de Matahuasi" Tomo II
de la obra dedicada a la "Villa de los Nísperos"

Introducción

Este es el segundo libro dedicado al pueblo de Matahuasi, viene a ser un complemento del anterior titulado “Matahuasi: Historia y la danza de los Auquines”, la acogida que tuvo éste, particularmente en los círculos de estudio de historia y antropología, nos animó a escribir un nuevo volumen, es decir el segundo tomo, con el título de “Paisajes de Matahuasi”. Pensamos que con este nombre el lector puede hacer un recorrido por todos los sitios que conforman esta parte del Valle a través de la visualización de pintorescos paisajes y otras escenas, que se insertan en sus páginas. Presentamos en el primer capítulo un conjunto de un centenar y medio de fotografías de los parajes y barrios por donde anduvimos de niño, los cuales aún conservan su belleza y encanto, pero no están todos los que quisiéramos exhibir, como se comprenderá, porque la tarea es ardua; sin embargo, los que se presentan fácilmente nos dan una idea general de la hermosura, no sólo de Matahuasi, la “Villa de los nísperos”, sino de todo el valle del Mantaro, porque todos los pueblos del Jatunmayo son igualmente bellos.
    Presentamos también una serie de fotografías de grupos formados por matahuasinos, ya en el mismo terruño o fuera de él, en distintas actividades, las cuales hemos preferido que sean las más antiguas de las que se ha podido conseguir, y todas con una leyenda explicativa que encuadra a la escena en su contexto histórico. Prácticamente todas corresponden al siglo pasado y pueden clasificarse a grosso modo en fotografías familiares, sociales, religiosas, educativas, deportivas y de los Auquines; las deportivas cobran mayor importancia, a criterio nuestro, porque en este rubro Matahuasi ha tenido épocas y estrellas que han brillado en el firmamento del departamento de Junín y vecinos del centro del país. Las glorias de los últimos años del siglo XX y hasta el presente serán motivo de una siguiente publicación.
    En seguida, en el segundo capítulo, se presenta una serie de artículos publicados en varios medios de comunicación, relacionados directa o indirectamente con Matahuasi, o sea que están seleccionados sólo los que en alguna forma tienen que ver con nuestro pueblo. El tercer capítulo trata de un intercambio epistolar, dividido en tres subcapítulos, el primero se refiere a una correspondencia general, a título personal, el segundo tiene que ver con misivas intercambiadas como dirigente de la Comisión del Centenario de la creación política del distrito que abarca hasta 1998, y el tercero nos concierne como dirigente de la Asociación Cultural Matahuasi, hasta hace poco tiempo atrás.
    El cuarto capítulo está dividido en dos subcapítulos, en el primero consignamos algunos poemas y canciones dedicados a Matahuasi, aunque los autores no sean naturales de la localidad, y en el segundo, con el nombre de Viajeros que han pasado por Matahuasi, nos referimos a unos ciudadanos que, sin ser matahuasinos, han tenido alguna actividad que los ha relacionado y hecho permanecer en Matahuasi por algún tiempo, seguramente hay otros más, pero por ahora nos quedamos con ellos; y, finalmente, en el quinto capítulo agregamos a la relación que dimos en el libro anterior como “Personajes en la historia de Matahuasi”, otro grupo que abre el espectro de ciudadanos notables que en diferente forma han contribuido con el progreso y prestigio del pueblo.
    Matahuasi a lo largo de los 120 años que tiene como distrito ha tenido épocas sobresalientes y hechos importantes hasta, tal vez, en algunos aspectos pudo haber estado a la vanguardia de otros pueblos, de lo que ahora no podríamos afirmar que así sea. Por ejemplo recordando al Dr. Amador Meza Adarmes, un destacado médico que trabajó entre Jauja y Huancayo y vivió en su tierra, y como buen deportista compartió con grandes y chicos y tuvo conocimiento de las costumbres y tradiciones del pueblo y, por lo tanto, estuvo bien enterado de cuántas ocurrencias. Con él conversamos para hacer la revista que dedicamos al Centenario de Matahuasi y, entre otras cosas, nos dijo:
    En las primeras décadas del siglo XX en lo que más destacaba Matahuasi era en lo social, por esos años todos eran nacidos allí y parientes “por angas o por mangas”. El respeto, la obediencia y la amistad eran las características fundamentales. Si un menor no saludaba o no le daba la vereda a una persona mayor, éste recriminaba seriamente al menor y a su padre, por no enseñar las buenas costumbres, entonces el menor recibía doble sanción de aquella persona mayor y de su padre, y esta conducta ejemplar se debía a la educación que se impartía por entonces.
    En otro aspecto, la comunicación con Lima y otros lugares importantes, como Satipo, La Oroya, etc., se hacía por medio del arrieraje, por eso habían muy buenos criadores de caballos y mulos, como Justo Cáceres un hombre que medía más de dos metros, Félix Maldonado, Manuel Oré y Pablo Escobar, entre otros, quienes eran dueños de muy buenas piaras, lo que ahora sería tener una flota de camiones para el transporte de carga; estos hombres fueron en realidad los pioneros de la colonización de Satipo.      
    En la agricultura y ganadería también Matahuasi siempre ha estado a la vanguardia en toda la región central, decía Amador Meza que el primer tractor que llegó al valle del Mantaro fue a Matahuasi, adquirido por don Julio Aguirre, al respecto hay un interesante pasaje: por los años 40 cuando un acollino, don Agustín Ortiz Navarro, uno de los principales productores del valle de Yanamarca, necesitó un tractor que en Acolla nadie tenía, pensó entonces que podría haber en Jauja, pero tampoco; en cambio, sí había en Matahuasi, entonces don Agustín alquiló el tractor de Aguirre, con lo cual sorprendió a sus paisanos, tecnificando el agro y mejorando su producción. Asimismo, el primer carro que llegó al Valle fue a la “Villa de los nísperos”, el camión de Tiburcio Zúñiga, la primera fragua fue puesta en uso por los años 20 por el italiano Eugenio Callegari que se casó con una matahuasina, y el primer grifo entre Jauja y Huancayo fue instalado en Matahuasi por Genovevo Pérez Yupanqui.
    Frente a estos acontecimientos prodigiosos hay hechos negativos que el Dr. Meza recordaba con amargura, diciendo que a la mayoría de las autoridades nunca les interesó Matahuasi, pero sí todos vivieron sirviéndose del pueblo; de lo contrario, cuántas cosas se hubieran hecho y no se habrían destruido portentosas obras como la monumental iglesia colonial, el cabildo, la casa conventual, la plaza menor que era la plazuela, el empedrado de la calle Real, la torre de la legua, el molino hidráulico de la Comunidad, el local del Club de Tiro, la estación del ferrocarril, el Tambo de Maravilca, el Qhapaq Ñan o Camino de los Incas, etc.
    Todos los pueblos, por pequeños que sean, tienen su historia, tienen tantas bondades que ofrecer a sus hijos y al visitante, pero si no hay testimonio escrito de su pasado, se pierde en el olvido. Esta es la razón por la cual hacemos el esfuerzo para dejar a las generaciones presentes y venideras el mensaje del pueblo de Matahuasi, de su aporte a la historia nacional,  a través de sus paisajes y fotografías de diferentes escenas que hablan por sí solas de un legado inmenso y rico de nuestros antepasados, como complemento, repetimos, del libro anterior que habla de su historia propiamente y de la danza de los Auquines.

EL AUTOR